El coaching no es un acto de magia. Es un proceso del despertar de la conciencia y ese despertar lo realizan las personas ayudadas por el coach.
Es como si dentro de una casa hubiera una habitación en la buhardilla deshabitada y oscura a la que nunca nos atrevemos a entrar, por diferentes razones. Si finalmente decidimos subir, podemos hacerlo solos o acompañados y si así lo hacemos nos gustaría que la persona que nos acompañe nos trasmita confianza y seguridad.
Cuando nos atrevemos abrir la puerta , intuimos como es la habitación, por un rayo de luz que entra por una rendija y decidimos abrir las cortinas para que toda la luz entre y podamos conocer todo su interior, ampliando de esa manera toda nuestra consciencia sobre ella.
Pues bien tal y como dice Agostina Fasanella: El coaching no es magia, el coaching es acción, es tomar decisiones y ser responsables de las decisiones tomadas, lo que ocurre es que cuando la persona abre las cortinas y la luz entra en la estancia, amplia toda su consciencia de manera natural y espontanea y ahí es donde parece que todo se ha debido a un acto mágico. Y lo que realmente ha ocurrido es que se ha debido a la VALENTÍA de emprender el camino (subir a la habitación), la DECISIÓN de abrir la puerta y la RESPONSABILIDAD de una vez abierta la puerta ser coherente con uno mismo.
En resumen el coach te ayuda con sus capacidades y habilidades, tales como empatía , ética, escucha activa (capacidad de entender lo que le ocurre al cliente) y no mediante la magia a que el cliente amplíe su visión de las cosas y las vea desde otro foco y encuentre sus respuestas que no las nuestras.
Podéis leer el artículo de referencia en el siguiente enlace.
http://blogs.infobae.com/coaching/2015/01/08/la-magia-del-coaching/
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