Los hábitos son aquello que hacemos cuando no pensamos en lo que hacemos, adquiridos por repetición de actos iguales o semejantes u originados por tendencias instintivas.

“Somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito”. Aristóteles.

Ahora bien los hábitos pueden ser efectivos o inefectivos es decir ayudarnos a conseguir nuestro objetivo siendo potenciadores de la conducta al aportarnos seguridad y estabilidad y en determinados momentos pueden ser perjudiciales porque cuando queremos cambiar alguna conducta o alguna creencia… estos hábitos se resisten y tendremos que cambiarlos por otros nuevos.

¿Cómo y cuando se forman los hábitos?

Muchos de ellos se forman en las primeras etapas de la vida y al final nunca llegamos a cuestionarlos y como no los cuestionamos algunos pueden llegar a ser perjudiciales para nosotros.

Ante un estímulo (puede ser auditivo (sonido) Visual (una luz…), kinestésico (tacto, olor, sabor, emoción). se produce una respuesta determinada o estado emocional. A esto se le llama ANCLA.

Las anclas por tanto pueden ser :

Visuales: personas coches, vestidos ,colores
Auditivas: Música ,voz de un amigo , ruido del despertador…ruido del repartidor……
Kinestésicas: Tacto de tu ropa preferida, el perfume, el sabor y olor del café , chocolate…..
Las palabras y el tono en que se dicen también pueden ser anclas porque evocan ideas que te llevan a estados emocionales.

En definitiva gran parte del mantenimiento y sustento del hábito es consecuencia de estas anclas que operan en gran medida de manera inconsciente.

“Solo lo que está en el consciente puede ser capaz de ser cambiado”.

Es decir lo que está en el inconsciente tiene la opción de controlarnos a nosotros ya que solo tenemos la opción de controlar lo que está en el consciente. La CLAVE: llevar al consciente lo que está en el inconsciente.

Para CAMBIAR HÁBITOS:

Primero habrá que ser CONSCIENTE de las anclas que sustentan el hábito .
Segundo tendremos que CREAR un nuevo HÁBITO que sostenga este cambio .
Tercer lugar CREAR NUEVAS ANCLAS que sustenten el nuevo hábito.

Ejemplo:
Cliente que fuma poco y quisiera dejar de fumar esos pitillos que se fuma que no son más de 4 ó 5 al día.

Primer paso: según me cuenta solo le apetece fumarse un pitillos después del café porque ese momento para él supone una pausa en su quehacer diario y le relaja. así que cuantos más cafés se tome al día más fumará ese día . (En esta fase toma conciencia de que el ancla (estímulo) que lo lleva a la necesidad emocional de fumarse un pitillo es el café por tanto este señor cuando respondía al ancla no era consciente de que inmediatamente se fumaba un pitillo, funcionaba pues con el piloto automático puesto, de esta manera sin ser consciente mantenía el problema).
Segundo paso: Vamos a crear un nuevo hábito que será según él sustituir el pitillo después del café por un regaliz . De esta manera estamos creando un nuevo habito que hay que instalarlo según los pasos que comento más abajo en cómo crear un habito.
Tercer paso: Voy a tomar regaliz en momentos que quiera relajarme y hacer un break en mi vida cotidiana, de esta manera haré que este nuevo hábito de tomar regaliz después del café sea sostenible.

CÓMO CREAR UN HÁBITO.

Según Stephen R. Covey en su libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” para convertir algo en un habito necesitamos tres elementos:

Conocimiento: El qué hacer y el por qué.
Capacidad: El cómo hacerlo.
Deseo: Es la motivación, el querer hacer.

Siguiendo con el ejemplo anterior para crear el habito de comer regaliz se realizarán tres pasos :

Primer paso: CONOCIMIENTO: ¿Qué hago? Tomar regaliz en vez de un pitillo. ¿Por qué? Porque no deseo fumarme un pitillo y quiero sustituirlo por regaliz.
Segundo paso: CAPACIDAD. Cómo lo hago primero llevando siempre conmigo una caja de regaliz o juanolas y en segundo lugar siempre que me tome un café ser consciente que después viene un regaliz.
Tercer paso: DESEO. La motivación del cliente era dejar absolutamente de fumar para mejorar su salud.

Y para crear un hábito hay que trabajar en esas tres dimensiones.

A veces el proceso de cambio de hábitos es un proceso duro, un cambio tiene que estar motivado por un propósito superior, por que hay que subordinar lo que uno cree que quiere ahora a lo que querrá más adelante.

El proverbio dice: “Siembra un pensamiento, cosecha una acción; siembra una acción, cosecha un hábito. Siembra un hábito, cosecha un carácter; siembra un carácter, cosecha un destino”.

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