Quisiera
compartir un cuento,
muy
corto, que está incluido en el libro El canto del pájaro (Pozo de Siquem) de
Anthony de Mello.
En su blog Vicki Morandeira lo comparte y yo a su
vez lo quiero compartir con vosotros .
EL MONO QUE SALVÓ AL PEZ
«¿Qué
demonios estás haciendo?», le pregunté al mono cuando le vi sacar
un pez del agua y colocarlo en la rama de un árbol.
«Estoy
salvándole de perecer ahogado», me respondió.
Lo
que para uno es comida, es veneno para otro. El sol, que permite ver
al águila, ciega al búho.
De
Mello con este breve cuento nos hace pensar…
¿Nos damos cuenta de que muchas veces lo que vemos y sentimos nosotros acerca de los demás y del mundo es solo nuestra visión?.
Queremos salvar la vida de las
personas desde lo que nosotros creemos ver y en vez de salvarlas las
estamos matando. Las situaciones no son siempre como nosotros las
vemos, para los demás son como las sienten y las viven.
¿Cuantas veces nos han aconsejado algo para ayudarnos y a nosotros nos ha venido realmente mal?.
¿Cuántas
veces he querido ayudar y he estado seguro de que verdaderamente lo
ayudaba?
Por
eso no deberíamos presuponer, no deberíamos generalizar, ni
adelantarnos a los acontecimientos.
¿Queremos ser salvadores y necesitamos una victima a la que salvar? ¿para qué ?. ¿Para sentirnos bien?. En el fondo lo hacemos egoistamente?.
¿Es
nuestra necesidad de ser aceptados, de ser queridos, la que hace que
metamos nuestras narices donde nadie nos ha llamado? porque el pez
no le dijo al mono: “sálvame sálvame que me ahogo en el agua”.
El
mono lo hizo porque desde su visión de la vida el vive fuera del
agua y el pez en consecuencia también tendrá que vivir así de lo
contrario perecerá.
Tratamos
de que la gente se dé cuenta de cosas de las que se deberían de dar
cuenta , lo que ocurre que cada persona evoluciona a su ritmo y
querer que vayan al nuestro no está bien, cada cual tiene su ritmo
sus tiempos y nunca debemos prestar una ayuda que no nos la han
pedido porque aunque tengamos la mejor de las intenciones puede ser
la peor de las ayudas.
Si aún así hay alguien que tiene ese
afán de salvador y necesita salvar el mundo ¿que tal si antes de
actuar preguntas? ¿...?
Preguntas desde el respeto y desde la
empatía de ponerte en el lugar del otro.
Más información sobre esta reflexión en
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