Según el psicólogo Martin E.P.
Seligman – uno de los expertos mundiales en la llamada Psicología
Positiva...
...la vida causa los mismos contratiempos y tragedias tanto a personas optimistas como pesimistas. Aunque existe una diferencia al afrontarlas.
Mientras que el optimista sabe afrontar mejor los reveses de la vida y ante una adversidad se resiente, se siente abatido, sin embargo rápidamente se rehace de su derrota y a pesar de las heridas que las tiene, se recompone para volver a la lucha , gracias a esa capacidad de reacción el optimista alcanza mejores resultados en todo lo que hace a todos los niveles, personal, profesional …. Además el optimista goza de mejor salud y llega hasta vivir más. Ya que está clínicamente probado que nuestro estado de ánimo y que los estados cerebrales tales como tristeza, depresión pesimismo afectan a nuestro sistema inmunológico e influyen en las enfermedades. Cuando alguien se deprime su cerebro cambia.
El pesimista es una persona que
está predispuesta mas que otra a la depresión , son personas que en
su trabajo están obteniendo resultados por debajo de su
potencialidad y su talento. Su salud física se está resintiendo y
seguro que no es tan buena como debería de ser y finalmente la vida
para un pesimista no es nada placentera y está llena de miedos y de
presagios auto cumplidores. Y cuando una desgracia ocurra a este
tipo de personas pesimistas se le acaba el mundo, se sumirán en la
tristeza, les costará un esfuerzo enorme iniciar algo, pensarán que
el futuro es negrísimo y se le quitaran las ganas hasta de vivir….
¿Es el optimismo un motivo del éxito?
Ahora bien existe
una buena noticia para los pesimistas, estos están en condiciones de
conocer los mecanismo de que se sirven los optimistas y mejorar así
de manera permanente su calidad de vida. Hasta los optimistas pueden
llegar a mejorar también ya que ellos de vez en cuando tampoco se
libran de caer de vez en cuando en este estado de pesimismo .
Antes tengo que aclarar que el
optimista no es una persona más egoísta ni se presenta como
superior a los demás, la persona que es optimista es una persona que
adopta una serie de hábitos acerca de cómo debe de hablarse así
mismo cuando se enfrenta ante un contratiempo. Es pues el dialogo
interno que mantengamos con nosotros mismos fundamental para llegar a
ser optimista.
Aunque sin embargo pueda parecer que
demasiado optimismo puede ser
perjudicial en algunos casos, la virtud
del termino exacto es fundamental .
Para ello siempre tendremos que ser
optimistas aplicando el sentido común como por ejemplo ante
situaciones arriesgadas, si tenemos que aconsejar a terceros sobre un
futuro oscuro y si queremos hacernos cargo de los problemas de otros
no deberemos de comenzar siendo optimistas deberemos de preguntarnos
primero cual será el coste del fracaso en cada situación
particular. Si el coste es elevado el optimismo es una estrategia
equivocada. En cambio si el coste no es elevado el optimismo es
viable.
Siguiendo con el tema de optimismo–éxito
Para cambiar de estado pesimista a
optimista utilizamos la herramienta que desarrolló el psicoterapeuta
cognitivo Albert Ellis el ABC, que son las siglas en ingles de
adversidad, creencia y consecuencia.
En definitiva ante una adversidad
nuestra creencia puede ser
- optimista con lo que tendremos una consecuencia o resultado positivo de logro de actuación de lucha .
- pesimista con lo que la consecuencia o resultado es de inactividad, tristeza, depresión …..
Por lo tanto las creencias son la
consecuencia directa de lo que luego pensaremos y sentiremos y
haremos. Y pueden significar la diferencia entre el desaliento y la
rendición o el bienestar y la acción constructiva.
Es pues fundamental romper con el
circulo vicioso que hace que adversidad creencia y consecuencia estén
conectadas, hay que romperlo, hay que llevar a la conciencia la
relación por pequeña que existe entre la adversidad y el
sentimiento. Para ello hay que trabajar con el cliente que expanda su
conciencia mediante herramientas de terapia cognitiva, que lo hagan
conscientes de qué pensamientos y creencias lo están anclando a ese
estado pesimista y después para que se conviertan en hábitos de
pensamiento sano utilizar herramientas conductictas, en las que se
trabaja con la conducta consiguiendo con la repetición de ellas que
se establezcan y se consiguen hábitos sanos de pensamiento.
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