lunes, 10 de agosto de 2015

¿SIENTES Y TE EMOCIONAS o TE EMOCIONAS Y SIENTES?

Emociones y sentimientos o sentimientos y emociones


Cuando hablamos normalmente hacemos alusión a ambas palabras para expresar lo mismo y hay diferencias según Antonio Damasio.



La emoción o emociones son estados afectivos que pueden variar de intensidad (mayor a menor) y que tienen una corta duración.


Se suelen producir por un acontecimiento o una persona y son más o menos pasajeras. Tienen su origen en el instinto de supervivencia.

Las emociones se reflejan en el cuerpo y se manifiestan en el, se somatizan, y esta somatización se puede hacer de manera más o menos visible.

De manera que las emociones las comunicamos a los demás de manera consciente o inconscientes y los demás nos comunican las suyas.

Esto nos hace entender que las emociones se transmiten y se contagian.

(si empezamos mal el día y no hacemos por cambiar nuestros pensamientos ni nuestro estado emocional , lo acabaremos mal…).

Las emociones más frecuentes son el miedo, la ira, la vergüenza, la culpa, la alegría, la tristeza…

Las emociones al final conforman estados emocionales y estos estados emocionales además de tener una influencia en nuestro cuerpo lo tienen también en nuestros comportamientos, nuestro cuerpo, nuestra fisiología; en definitiva a través de nuestros comportamientos de nuestros gestos, posturas, fisiología... podemos conocer nuestro estado emocional y por tanto la emoción y emociones que nos embargan.

Ocurre que muchas veces las emociones se dan como respuesta a patrones automáticos, es decir ante una situación respondemos siempre de la misma manera y entramos en modo automático. 


Si ante una circunstancia determinada siempre respondemos de la misma manera y entramos en ese estado emocional de modo automático, bastará pues con tomar conciencia de que circunstancia nos llevan directamente hacia esa emoción para poder así romper el circulo vicioso y poder controlar las emociones sobre todo las que nos producen malestar y no nos dejan evolucionar. Somos pues los responsables de que una emoción se instale en nuestro cuerpo, haciéndonos conscientes y responsabilizándonos de ellos podremos aceptarlas y controlarlas.

Los sentimientos son mas constantes en el tiempo, son menos intensos pero de más larga duración y son resultado de las emociones que experimentamos por algo o por alguien.

Ante cualquier situación la reacción primera inconsciente provoca una emoción y luego al hacerla consciente se genera un sentimiento. Es decir la emoción puede ser inconsciente, pero el sentimiento es siempre consciente y regulado por nuestros pensamientos.

Imaginemos que tenemos mañana un examen, la emoción que nos embarga en un primer momento puede ser el de miedo, ante esa emoción; el miedo, podemos pensar varias cosas dependiendo de nuestras vivencias, podemos bloquearnos o podemos tranquilizarnos y hacernos conscientes de este miedo y pensar … “me lo he preparado, he trabajado ….. no tengo por que tener miedo…..” y el sentimiento que finalmente tenemos es de seguridad, es decir al hacerlo consciente podemos influir en la emoción y de esta manera dirigir nuestros sentimientos.

Por eso es tan importante conocer, canalizar, utilizar los sentimientos y emociones, porque estas marcan la manera que tenemos de relacionarnos con nuestro entorno y como este 8 y la manera que tenemos de relacionarnos con los demás depende a su vez de la manera que tenemos de manejar nuestras emociones.  

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lunes, 3 de agosto de 2015

¿Cómo comunicas?

Deberíamos de ser conscientes de la manera que tenemos de comunicar.



Si lo que queremos conseguir es la eficacia en la comunicación tendremos que aprender a ser buenos comunicadores y para ello es muy importante que haya una coherencia entre lo que se dice y como se dice, es decir entre el contenido del mensaje, el lenguaje no verbal y la voz.

Vemos multitud de casos en los que el comunicador, sea un político o un conferenciante … No comunica, porque existe una brecha entre estos conceptos (contenido y lenguaje no verbal y voz). Esto se traduce en una conferencia sin emoción sin chispa, no engancha, el comunicador no empatiza, no se dirige de manera eficaz al público y el publico de manera consciente o inconsciente deja de escuchar, y entonces es muy difícil volver a conseguir de nuevo atrapar la atención... ¿Qué es lo que nos impide comunicar de una manera eficaz?

Creemos que el buen comunicador es bueno desde que nace es decir que le viene en su ADN, pues en algunos casos es cierto. La gran noticia es que una charla, una conferencia o una presentación puedes comunicarla de manera eficaz y rentable siempre y cuando la prepares; porque creemos que esto se improvisa y no es así.

Hay que entrenar, como en casi todo en la vida es trabajo, trabajo y más trabajo.

El que tengas que trabajar más o menos depende de las fortalezas de las que partas.


Pues bien unos tienen un espectacular lenguaje no verbal, una bonita voz pero no saben organizar el contenido de la comunicación; otros poseen un contenido muy organizado pero hablan muy deprisa o no vocalizan, pueden tener todo y no entonar de manera que el mensaje que transmiten se hace al cabo de 5 minutos monótono y soporífero… Otros poseen todo también aunque tienen miedo, ansiedad, pánico. En esta gestión emocional el coaching te puede ayudar.

El comunicador debería primero tener en cuenta y agradecer que los oyentes te estén escuchando, porque tenemos que tener en cuenta que el receptor del mensaje (el oyente) es el que debe de definir tu estrategia comunicativa. Hay que ponerse en el lugar de él, crear sintonía y hay que conseguir que este comparta y comprenda y que el oyente al final se emocione ya que esto ayuda a que la comunicación sea eficiente y se recuerde, que la comunicación persuada y que logre inocular una idea. Tenemos que tener claro desde el principio cual es el objetivo de nuestra comunicación: ¿Comunicar?, ¿Informar?, ¿Explicar?, ¿Divulgar?...

En definitiva tenemos que tener en cuenta ¿Para qué comunicamos?

Ejemplos: sensibilizar, resolver, motivar, informar, vender, compartir, formar...

Tenemos que ponernos en el lugar del receptor y ver que es lo que necesita. ¿Qué puede necesitar? ¿Qué espera de mi?.


De esta manera el mensaje que queremos transmitir deja huella y será recordado porque hemos llegado al receptor pensando en lo que el necesita y lo que quiere recibir y espera que la comunicación le aporte. De esta manera el receptor, el oyente, escuchará no para contestar sino que entrará en sintonía y escuchará para entender.

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